¿Negocios vs. Protección de datos?


protecciondatos1Cero riesgo jurídico, mayor confianza de los clientes y protección de un activo estratégico, las ventajas de un buen tratamiento de la información en las empresas.

No en pocas oportunidades hemos escuchado que la información es la moneda de la economía digital. La pregunta es qué tanto hemos entendido el mensaje implícito en esta tesis y qué tanto valor le estamos dando en nuestras organizaciones. ¿En pleno auge de Internet concebimos la información como nuestro principal activo? ¿La percibimos como un valor estratégico para tomar decisiones?

Si la respuesta es afirmativa, estamos recorriendo el camino correcto. Un camino que descubrió Nelson Remolina desde su vida universitaria y que, desde hace unos años, materializó en su empresa Remolina Angarita Consultores, con la idea de que las empresas trasciendan, en términos del tratamiento de la información, la necesidad de cumplir con una ley.

Remolina Angarita Consultores es producto del desarrollo intelectual de Nelson Remolina y del trabajo de grado del MBA de Sandra Villamizar, su esposa y gerente general de la compañía.

Todo comenzó desde muy jóvenes, no solo la relación de Nelson y Sandra, sino el interés académico de él por el derecho y la tecnología, que le fue inyectado por el exmagistrado Ciro Angarita, su tío, quien siempre visionario le dijo que ese tema tenía futuro.

Siendo universitario de derecho, tuvo la oportunidad de presenciar varios debates en la Asamblea Constituyente de 1991, donde uno de los temas novedosos fue precisamente el del habeas data, promovido por Angarita.

De ahí que optara por realizar su tesis de pregrado con ese enfoque, sin siquiera haber llegado Internet al país, hito que ocurrió un par de años después.

Desde entonces, se ha dedicado de lleno al tema: escribiendo, participando en foros internacionales, dictando clases y, recientemente, asesorando empresas.

De su paso por Planeación Nacional no solo quedó su representación del país en temas de derecho y tecnología ante la ONU, sino que fue becado para estudiar su maestría en el London School of Economics and Political Science, donde se inclinó una vez más por las materias relacionadas con Internet y derecho y tecnología, y ahondó en el concepto de título valor electrónico.

Remolina lleva 15 años como profesor de planta en la Universidad de los Andes, su alma máter, donde siempre se ha caracterizado por ser un promotor de grandes ideas. Tanto así, que creó el primer portafolio de cursos de educación continuada de la facultad de derecho, el Observatorio Ciro Angarita Barón de la protección de datos personales en Colombia, y el GECTI (Grupo de Estudios en Internet, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones e Informática), conformado por expertos que ya han dejado un legado de más de doce libros. Este grupo es pionero en Latinoamérica en derecho y tecnología, y gracias a este la Universidad fue contratada hace cuatro años para dictar cursos en la maestría en Derecho de las Tecnologías de la Información y Comunicación del Infotec - Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación del gobierno mexicano.

Hoy día, Remolina Angarita Consultores presta servicios jurídicos especializados en temas de derecho de las TIC, tratamiento de datos personales (habeas data), comercio electrónico, títulos valores electrónicos, derecho comercial y propiedad intelectual.

Para este abogado los reconocimientos no son ajenos. Ya fueron aprobados en el Congreso dos proyectos de ley escritos por él sobre recolección internacional de datos y sobre título de valor electrónico, y en el 2015 recibió el Premio Internacional de Protección de Datos Personales de Investigación 2014, conferido por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), algo así como un Grammy académico, que ningún colombiano había recibido hasta ese momento.

Dicho premio fue producto de su investigación en recolección internacional de datos, su tesis doctoral con la que recibió el título de Doctor Summa Cum Laude en Ciencias Jurídicas de la Universidad Javeriana.

Toda esta trayectoria, puesta al servicio de las empresas, nos obliga a potenciar el uso de los datos personales y a dejar de verlo como un mero asunto de cumplimiento de una nueva ley (Registro Nacional de Base de Datos) o como un gasto.

Si bien fue novedoso en su momento, actualmente no puede ser novedad reconocer la información de los clientes como un activo estratégico. No es un secreto que ya muchas compañías han sido multadas e incluso se les ha ordenado borrar bases de datos por no haber mitigado los riesgos jurídicos, derivando también en serios problemas de reputación.

Por otro lado, la información es valiosa en la medida en que se pueda aprovechar de diversas maneras. Así que es necesario anticiparse a estos usos para poder blindar los datos en las autorizaciones y hacer uso estratégico de ellos cuando se requiera.

El tema, como casi todos los que limitan la competitividad, es cultural. En Colombia, aún se nos dificulta entender que si la información de los clientes está protegida es la mejor manera de fidelizarlos. Lo opuesto sucede con las grandes compañías del mundo, que incluso han creado cargos como la vicepresidencia de privacidad.

Este caso, que no solo evidencia un talento tipo exportación forjado desde la academia, sino una realidad que llegó para quedarse, nos pone a elegir entre dos caminos: aprovechar la oportunidad de anticiparnos estratégicamente cuidando nuestro principal activo, o seguir siendo reactivos y esperar a que nos estalle la bomba… ¡boom!

Escrita por Germán A. Mejía A., Director General de bmLab Latam. Publicada en el diario Portafolio el 23 de enero de 2017. Sección Estudio de Caso.